Por si me lees te contaré que el otro
día soñé contigo;
Estabas sentado al otro lado de la calle, callado pensando en tus pájaros y palabras, vestías entero de blanco, con la sencillez que te caracteriza. Cruce la calle, me lo pensé dos veces antes de hacerlo, y me mantuve a tu lado hasta que alzaste la mirada, te bese en la mejilla, sólo una vez, sólo un beso callado, y volví a retomar mi camino. Tan sólo por curiosidad giré la vista, sonreías (Adiós Bonita).
Pasó un tren, blanco también, pero no lo cogiste, decidiste ir andando.
Conforme avanzabas ibas cambiando, te dirigías a una calle oscura, cambió tu forma de vestir, tus andares, incluso tu mirada, ya no había preguntas en tus ojos (no es que no tuvieras preguntas, no es que conocieras todas las respuestas, simplemente ya no te interesaba NADA), te habías convertido en un bufón social.
Te adentraste en aquella calle oscura, te llamé pero ya no me escuchabas...
Por si me lees te diré que sólo fue un sueño, pero pensé que debería compartirlo contigo