somos sólo cuerpos en esta habitación,
arrojamos nuestros nombres al entrar,
la edad y posición social no importan.
En este instante,
equilibramos la oferta y demanda de calor,
completamos el qui pro quo necesario para latir.
Y al despertar,
seremos un sueño tan tangible cómo irreal,
y no te deberé nada,
no me deberás nada y habrás superado, por fin
tus miedos.
2 comentarios:
al leer tu entrada he viajado años atrás...
...cuántas veces, a lo largo del tiempo, he deseado que todo sse envolviese de esa facilidad!
qué complicado es ser una persona que se complica ^^ ¿no?
somos nosotros los que les damos el grado de dificultad a las cosas, no hay nada demasiado fácil ni demasiado difícil, pero tendemos siempre a enredarlo todo demasiado.
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