martes, 7 de diciembre de 2010

La memoria.

Hoy me acordé de ti,
no fuiste tinta, ni arruga, ni cicatriz,
sólo un bostezo,
pero me acordé de ti.

Te recordé desparramado,
no exhausto, (no es ese tipo de recuerdo)
indefenso,
colgaste tus escudos en mi cabecero,
te desgarré las barreras y las arrojé al suelo.

Es absurdo, fuiste un suspiro,
pero hoy me acordé de ti.

Y sé que cuando pasen los años y nos encontremos, me mirarás desde arriba y no nos acordaremos de nada, pero hoy, justo hoy, me acordé de ti.

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